sábado, 11 de enero de 2014

Instalación de abastecimiento de agua.

Los vasos comunicantes son un conjunto de recipientes que están comunicados entre sí por un conducto común, situado en su parte inferior. El experimento consiste en, que al vertir un fluido homogéneo en los vasos comunicantes, el fluido alcanza la misma altura en todos los tubos, independientemente de la forma y de la sección que tengan.
En principio esto puede llevarnos a pensar que contradice el principio de Pascal, ya que la fuerza ejercida depende de la sección de los tubos. Pero en este caso de los vasos comunicantes estamos hablando de hidrostática, y no de hidrodinámica.
Como habéis podido ver, al inclinar los vasos, la altura con respecto al suelo de cada columna de líquido es la misma. También pasaría lo mismo, si añadimos una cierta cantidad del mismo líquido, los vasos comunicantes llegarían a un nuevo nivel de equilibrio.
El principio de los vasos comunicantes, aplicado a los edificios y a las viviendas consiste en: se suele colocar el depósito de agua en la parte más alta del edificio o en las partes más alta. Unido a él se instala una gran tubería que tenga orificios de los que salgan otras tuberías que comuniquen con las viviendas. Por este principio que ya he explicado, el agua llegaría a todas las viviendas aunque no la misma presión. Por ello también es muy común que se sitúen en la parte más baja del edificio una bomba para impulsar el agua a los pisos más altos y/o una válvula reductora de presión, porque debido a la gran fuerza del agua que llega a las plantas más bajas, las tuberías podrían reventar y producir un accidente en el edificio en cuestión. 

Es más fácil si lo explicamos con un ejemplo: supongamos que los habitantes de Orihuela quieren recibir agua del embalse de la Pedrera, que como todos sabemos se encuentra a una gran altitud con relación a la ciudad. Esa agua del embalse de la Pedrera llega a una planta de tratamiento para hacerla apta para el consumo. De allí pasa a un depósito de almacenamiento donde se almacena para hacer frente a la demanda de consumo de la población. De ese depósito de almacenamiento llegaría a la red de distribución general y con ella a la acometida o entrada de agua de cada edificio, que la haría pasar por la llave de corte general del edificio y después por el contador, que recuenta el consumo de agua total del edificio. De allí pasaría al distribuidor principal y el agua ascendería por el montante, que se divide en derivaciones y llega a las viviendas por la red de agua fría. 

Es curioso que con un simple experimento como éste, pero realizado a gran escala, seamos capaces en muchos casos de poder tener agua en nuestras casas.